Un grupo de empleados voluntarios de DIRECTV Perú
llegaron al hogar (en el que habitan 50 niñas que
sufrieron abusos sexuales) para pintar y reacondicionar
habitaciones, refaccionar baños, renovar la cocina,
reformar la biblioteca y salones de estudio, y crear una
huerta en un espacio verde del cual solo se utilizaba un
10% de su capacidad para plantar frutas y verduras.